Un renovado cuesta aproximadamente 60% menos que un neumático nuevo y en igualdad de condiciones de rodado y mantenimiento, rinde por lo menos el mismo kilometraje que un neumático nuevo.
Además, cada casco renovado representa un neumático menos que podría acabar en el basurero o en cualquier río.
Mediante la renovación de neumáticos se evita la proliferación de mosquitos transmisores del dengue o del virus del zika y se contribuye a formar ciudades y sociedades sostenibles, conscientes de la importancia de ayudar en la reducción de CO2.